viernes, 5 de septiembre de 2014

La suerte de ser niño

Hoy paseando por las calles de mi pueblo he pasado al lado de un parquecillo con toboganes que estaba repleto de niños corriendo de un lado para otro, gritando y por un momento me he acordado de cuando yo era como ellos. Cuando estaba en su lugar.
Y es que el tiempo pasa muy deprisa. Más de lo que debería en mi opinión. Parece que fue ayer cuando subía el tobogán escalón a escalón. y ahora lo podría hacer de tres en tres. Me subía al balancín que ahora lo partiría si me montara.
La verdad es que no puedo recordar tanto como quisiera de aquella época.

Los niños son energía pura, un sin fin de ganas por jugar y no parar. Parece que 'las pilas no se les acaban nunca'. Van de un lado a otro continuamente.
Siempre he pensado que son la inociencia en persona. Les queda muchísimo por aprender, pero son a esa edad no lo saben. No tienen ni la más remota idea de lo que les depara el futuro. 
Para mí la gran ventaja de ser niño, es sin duda la ignorancia en la que viven. No son conscientes prácticamente de nada. 
 De hecho, el otro día iba con un par de amigos por la calle y una mujer ya anciana se paró y nos dijo: "Que envidia me dais de vuestra edad". 
Pues digamos que yo sentí más o menos lo mismo cuando vi a todos esos muchachos correteando por el parque, subiendo y bajando por el tobogán. 

Hecho de menos aquella época donde no hacía otra cosa que jugar y estaba exento de preocupaciones, tareas y obligaciones. Pero desgraciadamente, aquellos tiempos quedaron atrás.
Y es que como dije antes, el tiempo pasa muy muy rápido. Cuando yo era niño veía muy lejana la época que ahora estoy viviendo. 
Pero lamentablemente la suerte de ser niño solo se tiene una vez en la vida.

~ El mundo de Taylor ~




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