Tan cerca, tan lejos

No creo que haya un solo humano en el mundo que nunca haya tenido un sueño, y no me refiero a los que se tienen por la noche. Me refiero a un sueño, algo a lo que queremos optar a rozar, por lo menos, por mucho que cueste. Pero cumplir un sueño no es nada fácil. Tal vez esto lo sepas bien.

Al principio todo no es más que una simple ilusión. Una ilusión a la que pretendemos llegar a hacer realidad algún día. Pero llega un momento en el que lo comenzamos a ver cada vez más y más lejos. Pero aunque esa aspiración vaya alejándose, por algún motivo lo seguimos teniendo muy presentes y seguimos confiando en que igual que ahora viaja para intentar desaparecer en el horizonte, algún día cambiará de dirección e irá poco a poco hacia nosotros de nuevo.

 

Pero por mucho que nos cueste reconocerlo, los sueños no cambian de dirección solos. Es más, aquel sueño que tanto deseamos conseguir no para, sigue viajando hasta el horizonte. Somos nosotros los que tenemos que comenzar a correr para alcanzarlo. 

Pero la carrera tal vez sea lo mejor de esta aventura. En este trayecto es un camino de aprendizaje. Aprendemos todo lo que somos capaces, muchas veces descubrimos facetas nuestras que nosotros mismos desconocíamos.

Así iremos poquito a poco acercándonos a aquella meta que hace un tiempo se presentaba en el horizonte, y ahora la podemos ver desde otra perspectiva. 

Y finalmente, tras tanto tiempo y esfuerzo, nos encontramos a tan solo un paso de cruzar la línea que nos marcará de una forma u otra. Pero muchas veces nos da miedo dar ese paso. Nos da miedo las consecuencias que aquello pueda causar. Pero al final, en un acto de valor, nos decidimos a avanzar los pocos centímetros que quedaban.

Y ya está, por fín alcanzamos aquello que llevábamos admirando millas y millas atrás. Pero ahora , cuando miremos atrás, veremos todo un camino recorrido lleno de sudor y lágrimas. Y es ahora cuando porfin podemos sonreir y gritar: '¡Misión cumplida!'

~ El mundo de Taylor ~