sábado, 9 de agosto de 2014

Cuando la vida se nubla

En la televisión o internet podemos ver si mañana estará soleado o habrá nubes, pero siempre puede haber alguna alteración y el tiempo no se presenta como se esperaba.

Pues lo mismo nos pasa a nosotros: muchas veces tenemos planes para el día siguiente pero, sin embargo, no sabemos si tendremos problemas para llevarlos a cabo o, por el contrario, no pasará nada y podremos llevarlos a cabo sin inconventientes.

Unos días está soleado y todo nos sale bien, según lo planeado, no hay lugar para la preocupación y el día se nos pasa muy rápido. Hay que aprovechar cuando podemos sentri el calor y rayos del sol en nuestra cara, por que no sabemos si al día siguiente las nubes visitan el cielo y lo esconda.
Incluso puede que algunos días los rayos del sol lleguen con mucha fuerza, pero poco a poco van dejando de iluminar y todo se oscurece. Es entonces cuando debemos apartar las nubes para volver a dejar que la luz nos acompañe hasta que la luna sustituya al sol.

Pero muchas veces despertamos y las oscuras nubes están ya ocupando el cielo y por mucho que hagamos no se disponen a irse. Entonces tendremos que aguantarnos y seguir hacia delante. Puede que sólo permanezcan ahi arriba pero, en el momento menos esperado, puede comenzar a chispear, pero todavía estamos a tiempo de cobijarnos antes de que esas gotitas que caen suavemente se conviertan en una lluvia que nos impida camniar hacia delante. 
Otros días, nos encontramos el cielo gris pero en lugar de llover, oímos unos ruidos que puede que nos echen atrás unos metros en nuestro camino. Pero no sentimos la lluvia ni luminosos relámpagos aparecen de vez en cuando en el cielo.

Y es que la vida, de alguna manera, es como el tiempo atmosférico. A veces el sol nos ilumina el camino y seguimos a delante. Pero cuando menos nos lo esperamos aparecen los problemas, que son como la lluvia, que a veces es suave y otras es torrencial y puede estar acompañada por los estruendos y relámpacos de la tormenta. Pero lo importante no es lo que nos impida avanzar, si no saber cobijarnos para no mojarnos aunque, muchas veces no tenemos más remedio que dejar que la lluvia caiga sobre nosotros. Es entonces cuando lo importante es secarse y seguir nuestro rumbo.
Y lo mejor es cuando por fin deja de llover y el sol asoma por el horizonte regalándonos sus rayos y su luz desde el horizonte. Entonces el haber soportado la lluvia habrá merecido la pena por la escena final llena de color y luz.

"La vida no se trata de sobrevivir a una tempestad, si no de bailar bajo la lluvia

~ El mundo de Taylor ~







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