miércoles, 6 de agosto de 2014

Nunca juzgues a un libro por su portada

Cuando conocemos a alguien siempre es en la apariencia física lo primero en lo que nos fijamos. Inconscientemente es en ese momento cuando decidimos si entablamos amistad con esa persona o no. (Aunque, por supuesto, hay gente que busca más allá de la aperencia desde el primer momento).

Esto me lleva a preguntarme el por qué somos así. Hoy en día se le da mucha más importancia de la que se merece al aspecto físico. Pero la apariencia, al fin y al cabo, es como el envoltorio de un regalo, nos puede gustar o no, pero realmente lo que importa es el contenido.

Muchas veces cuando la imagen de la persona a la que estamos conociendo no acaba de agradarnos intentamos desentendernos de ésta. (Se nos olvidó 'quitarle el envoltorio'). Y en realidad no sabemos quién y cómo es. Igual hemos perdido a alguien con el que encajaríamos perfectamente.

Y es que debemos intentar adentrarnos en cada persona, atravesar el muro de la apariencia. El conocer a una persona es un bello proceso. Es como explorar un planeta nuevo, del que antes no se sabía nada, y de repente se empieza a descubrir las maravillas que éste esconde. Puede que ese nuevo mundo tenga un aspecto oscuro, pero a medida que vamos llegando a tierra vemos como los rayos de sol empiezan a iluminar la superficie y ya desde dentro, ese planeta ya no nos parece tan oscuro ya ya es cuestión de empezar a caminar, explorar a ver qué encontramos.

Pero si decidimos no adentrarnos solo por lo oscuro que parece desde fuera, nos habremos perdido un gran mundo que tal vez nos hubiera gustado, pero ya no lo sabremos porque la primera apariencia nos hizo darle la espalda.

Hace tiempo me encontré un libro con una carátula horrorosa, para mi gusto, en mi casa, lo cogí, lo ojeé, y lo dejé. Unos meses después, en una tarde de aburrimiento lo volví a coger y comencé a leerlo. Cuando lo terminé se convirtió en mi libro favorito.

Mi conclusión es que las personas son como un libro. Nunca sabremos la historia que esconden hasta que no lo abramos y comencemos a leer. Tal vez no nos guste la histora y decidamos cerrarlo y guardarlo, pero puede que al final nos guste, o incluso nos encante, y recuerdemos esa historia por mucho mucho tiempo.

¡No juzgues nucna un libro por el aspecto de su portada! ¡Prueba a leer las primeras paginas! Tal vez te enganches a su historia...

 ~ El mundo de Taylor ~


No hay comentarios:

Publicar un comentario